Etiqueta: cocina

  • La receta clásica para preparar ensalada rusa en casa

    La receta clásica para preparar ensalada rusa en casa

    La ensalada rusa es uno de los platos más populares y versátiles en muchas cocinas del mundo. Su sabor suave, textura cremosa y colores vibrantes la convierten en una opción perfecta para compartir en reuniones familiares, celebraciones y como acompañamiento en diversos menús.

    Ingredientes básicos: 4-5 papas medianas, 3 zanahorias, 1 taza de guisantes (pueden ser congelados), 4 huevos, 1 taza de mayonesa, sal y pimienta al gusto. Opcional: atún, jamón o pollo desmenuzado o cebolla picada.

    Preparación:

    Lava las papas y las zanahorias. Colócalas en una olla con agua salada y hiérvelas hasta que estén tiernas pero firmes. Los huevos también deben cocerse en agua hirviendo durante aproximadamente 10 minutos, hasta que estén duros.

    Una vez cocidas, pasa las papas, zanahorias y huevos por agua fría para detener la cocción y facilitar el pelado. Pela los huevos y las verduras, y córtalas en cubos pequeños o en la forma que prefieras.

    En un bol grande, combina las papas, zanahorias, huevos y los guisantes previamente cocidos y escurridos. Si deseas, añade ingredientes opcionales como pepinillos picados, atún o jamón en cubos.

    Incorpora la mayonesa y mezcla suavemente hasta que todos los ingredientes estén bien cubiertos. Añade sal y pimienta al gusto. Si la ensalada queda muy espesa, puedes agregar un chorrito de leche o jugo de limón para darle mayor suavidad.

    Es recomendable dejarla en refrigeración durante al menos una hora antes de servir para que los sabores se integren bien.

    La ensalada rusa se sirve fría y puede decorarse con perejil picado o rodajas de huevo duro. Su preparación sencilla y su sabor delicioso la convierten en un clásico que nunca pasa de moda.



  • Cómo hacer unas deliciosas alitas de pollo con salsa de tomate

    Cómo hacer unas deliciosas alitas de pollo con salsa de tomate

    ¿Buscas una opción sabrosa y fácil de preparar para compartir con familia y amigos? Las alitas de pollo con salsa de tomate son la elección ideal. Esta comida combina la textura crujiente de las alitas con un sabor fresco y vibrante del aliño de tomate, creando una experiencia culinaria irresistible.

    Ingredientes: 1 kg de alitas de pollo, sal y pimienta al gusto, aceite vegetal para freír, 2 tomates maduros, 1 cebolla pequeña, 2 dientes de ajo, 1 cucharada de vinagre, 1 cucharadita de azúcar, 1 cucharada de aceite de oliva, hierbas frescas (como cilantro o perejil) para decorar.

    Procedimiento:

    Limpia bien las alitas y sécalas con papel absorbente. Sazona con sal y pimienta al gusto.

    En una sartén con suficiente aceite caliente, fríe las alitas hasta que estén doradas y crujientes. Escurre el exceso de grasa y reserva.

    Pela los tomates y córtalos en cubos pequeños. En una licuadora, combina los tomates, la cebolla, los dientes de ajo, el vinagre, el azúcar y el aceite de oliva. Licúa hasta obtener una salsa homogénea.

    Vierte la mezcla en una sartén y cocina a fuego medio durante unos 10 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que espese ligeramente.

    Coloca las alitas en un recipiente y vierte el aliño de tomate por encima. Mezcla suavemente para que todas las alitas queden bien cubiertas.

    Decora con hierbas frescas picadas y acompaña con papas fritas, ensalada o pan crujiente.



  • Cómo hacer sambayón casero: el postre italiano que nunca pasa de moda

    Cómo hacer sambayón casero: el postre italiano que nunca pasa de moda

    El sambayón (o zabaione, en italiano) es una crema suave, espumosa y aromática que forma parte de la repostería tradicional de Italia. Su origen se remonta al siglo XVI y, aunque nació como una preparación sencilla, con el tiempo se transformó en un postre muy valorado por su textura delicada y su sabor único.

    Popularizado en Argentina y otros países de América Latina, el sambayón no solo se disfruta como postre, sino también como sabor de helado, relleno de tortas o acompañamiento de frutas. Ideal para agasajar en una comida especial o simplemente para mimarse con algo rico hecho en casa.

    A continuación, te compartimos una receta tradicional y fácil de seguir, para que prepares sambayón en tu cocina y sorprendas con un clásico que nunca falla.

    Ingredientes

    • 6 yemas de huevo
    • 100 gramos de azúcar
    • 1 taza de vino Marsala (podés reemplazarlo por oporto, jerez o un vino dulce similar si no conseguís Marsala)
    • Ralladura fina de ½ limón (opcional, para dar un toque cítrico)
    • 1 cucharadita de esencia de vainilla

    Preparación paso a paso

    Batido inicial

    En un bol resistente al calor, colocá las yemas de huevo junto con el azúcar. Batí enérgicamente con batidor de mano o eléctrico hasta que la mezcla esté bien espumosa, de color claro y haya duplicado su volumen. Este paso es clave para lograr una textura aireada.

    Incorporar el vino

    Agregá el vino Marsala en forma de hilo, muy lentamente, mientras continuás batiendo para que se integre de forma pareja sin cortar la emulsión.

    Saborizantes

    Sumá la ralladura de limón y la esencia de vainilla. Mezclá bien para que los sabores se distribuyan en toda la preparación.

    Cocción a baño María

    Colocá el bol sobre una cacerola con agua caliente, asegurándote de que el fondo del recipiente no toque el agua (baño María). Cociná a fuego medio, batiendo constantemente. La mezcla debe ir espesando sin llegar a hervir, para evitar que las yemas se coagulen. El punto justo es cuando la crema cubre el dorso de una cuchara.

    Retirar y enfriar

    Una vez alcanzada la consistencia deseada, retirá el bol del fuego. Podés servir el sambayón tibio o dejarlo enfriar a temperatura ambiente. Si lo vas a conservar, llevá a la heladera por un máximo de 24 horas.

    Cómo disfrutar el sambayón

    Este postre es muy versátil. Podés servirlo en copas individuales acompañado de frutas frescas como frutillas, duraznos o uvas. También queda delicioso con bizcochos secos, galletitas de almendra o merengues. Otra opción es usarlo como base de una mousse, combinado con crema batida, o incluso como cobertura tibia para un buen helado de crema americana.



  • Supremas de pollo: receta fácil, jugosa y deliciosa

    Supremas de pollo: receta fácil, jugosa y deliciosa

    Las supremas de pollo son una de esas recetas clásicas que nunca fallan. Fáciles de preparar, versátiles y saludables, son perfectas para una comida rápida, una cena liviana o incluso para llevar en el tupper al trabajo. En este artículo te contamos cómo hacer supremas de pollo caseras paso a paso, con tips para que queden bien jugosas y sabrosas.

    Ingredientes 

    (rinde 4 porciones)

    • 2 pechugas de pollo enteras (sin piel ni hueso)
    • Sal y pimienta a gusto
    • Jugo de ½ limón (opcional)
    • 1 diente de ajo picado o en polvo
    • 1 cucharadita de perejil fresco picado (opcional)
    • Aceite de oliva o manteca para cocinar

    Paso a paso

    1. Limpiar y preparar las pechugas

    Retirá cualquier resto de grasa o cartílago. Si las pechugas son muy gruesas, podés filetearlas al medio para que se cocinen de forma pareja o golpearlas suavemente con un martillo de cocina.

    2. Condimentar

    Colocá las supremas en un plato y condimentalas con sal, pimienta, ajo y un chorrito de jugo de limón. Si querés darles un toque más sabroso, agregá un poco de perejil o tomillo.

    3. Cocinar a la plancha

    Calentá una sartén o plancha con un chorrito de aceite de oliva o una cucharadita de manteca. Cuando esté bien caliente, colocá las supremas y cociná 4 a 5 minutos por lado, hasta que estén doradas por fuera y completamente cocidas por dentro.

    Tip: no pinches la carne con tenedor mientras se cocina, para que no pierda jugos.

    4. Servir

    Dejalas reposar un par de minutos antes de cortar. Servilas calientes, acompañadas de arroz, ensaladas, papas al horno o vegetales salteados.

    Variantes 

    Supremas rellenas: abrí las pechugas al medio tipo libro y rellenalas con jamón, queso, espinaca o vegetales. Luego cocinalas al horno o en sartén.

    Supremas al horno: colocá las pechugas en una fuente con un chorrito de aceite o caldo y cociná a 180?°C por 25-30 minutos.

    Supremas a la milanesa: pasalas por huevo batido y pan rallado, y freílas o cocinalas al horno para una versión más saludable.



  • Cómo la maicena puede transformar tus tortas, galletas y cremas

    Cómo la maicena puede transformar tus tortas, galletas y cremas

    En el mundo de la repostería, cada ingrediente cumple un rol crucial. Más allá del sabor, influye en la textura, la presentación e incluso en el valor nutricional del producto final. En este contexto, la maicena (también conocida como fécula de maíz) se ha convertido en un comodín para quienes buscan elevar sus preparaciones con un toque más delicado, liviano y saludable.

    Sustituir parcial o totalmente la harina de trigo por maicena no solo es posible, sino recomendable en muchas recetas. A continuación, exploramos sus ventajas más destacadas y cómo aprovecharla al máximo en tus creaciones dulces.

    1. Textura más liviana, aireada y delicada

    Una de las cualidades más apreciadas de la maicena es su capacidad para aligerar la miga de bizcochos, tortas y galletas. Al no contener gluten —la proteína responsable de dar estructura y elasticidad a las masas— permite obtener preparaciones con una textura más suave, esponjosa y liviana.

    Por eso, es especialmente útil en recetas donde se busca una miga tierna y sedosa, como en tortas chiffon, budines, galletitas de manteca o masas quebradas.

    2. Espesante ideal para cremas, salsas y rellenos

    La maicena es ampliamente utilizada como agente espesante gracias a su capacidad para formar mezclas uniformes, sin grumos ni sabor residual. Es la elección ideal para:

    • Natillas y flanes
    • Crema pastelera
    • Rellenos de tartas dulces
    • Salsas de frutas

    Al actuar rápidamente en contacto con el calor, logra texturas suaves y brillantes, muy valoradas en la repostería profesional.

    3. Apta para celíacos y dietas sin gluten

    Uno de los mayores beneficios de la maicena es que no contiene gluten, lo que la convierte en una alternativa segura para personas con celiaquía, sensibilidad al gluten o quienes siguen dietas libres de trigo.

    Al utilizarla sola o en combinación con otras harinas sin gluten (como de arroz, almendra o avena sin TACC), permite preparar una gran variedad de postres aptos para todos, sin resignar calidad ni sabor.

    4. Mayor crocancia en masas y galletas

    La maicena también mejora la textura en preparaciones que requieren un exterior crocante y un interior tierno. En recetas como:

    • Galletitas dulces o saladas
    • Tartas dulces (tipo crumble)
    • Masas para frituras o rebozados

    El agregado de maicena —o su uso en lugar de parte de la harina de trigo— ayuda a lograr una crocancia más marcada, sin volver las masas pesadas o secas.

    5. Menor aporte calórico

    En comparación con la harina de trigo, la maicena suele tener un menor contenido calórico y de grasas, lo que puede ser útil en recetas de repostería más livianas. Si bien su aporte nutricional es limitado, su inclusión en preparaciones cuidadas puede contribuir a reducir el total calórico del postre, sin comprometer sabor ni textura.

    6. Versátil dentro y fuera de la repostería

    Además de su uso en postres, la maicena es un ingrediente multiuso en la cocina. Puede emplearse para espesar:

    • Sopas y guisos
    • Salsas saladas (como bechamel o gravy)
    • Marinadas o mezclas para rebozar

    Esto la convierte en un aliado práctico para cocinar de forma eficiente y sin complicaciones.

    7. Prolonga la frescura de los productos horneados

    Gracias a su capacidad para absorber menos humedad, la maicena ayuda a mantener la frescura y textura de los productos horneados durante más tiempo. Galletas, tortas y masas que la incluyen tienden a conservarse blandas por dentro y crujientes por fuera sin endurecerse rápidamente.

    ¿Cómo usar maicena en tus recetas de repostería?

    La clave está en las proporciones. Algunas recomendaciones prácticas:

    • Sustitución parcial: reemplazá entre el 10% y el 30% de la harina de trigo por maicena para obtener una miga más fina y ligera.
    • Sustitución total: en recetas como galletitas de maicena, budines sin gluten o alfajores, se puede usar 100% maicena, ajustando otros ingredientes (como huevo o grasa) para mantener la cohesión.
    • En cremas y salsas: disolvela previamente en un líquido frío antes de calentar, para evitar grumos.

    Un pequeño cambio que marca una gran diferencia

    Incorporar maicena en tus recetas de repostería puede transformar la calidad de tus postres. Desde lograr una textura más delicada hasta ofrecer opciones sin gluten y más saludables, este ingrediente sencillo abre la puerta a una repostería más versátil y accesible.

    Animate a experimentar con la maicena en tu cocina y descubrí todo lo que este polvo blanco, tan humilde como poderoso, puede hacer por tus creaciones dulces.



  • El truco infalible para conservar el perejil fresco por semanas

    El truco infalible para conservar el perejil fresco por semanas

    El perejil es una de las hierbas más versátiles y usadas en la cocina. Aporta sabor, color y frescura a una infinidad de platos. Sin embargo, su conservación puede ser un verdadero desafío: muchas veces se marchita al poco tiempo de haberlo comprado. ¿La buena noticia? Existe más de un truco simple y efectivo para mantener el perejil fresco por varias semanas, sin que pierda su aroma ni su textura característica.

    El primer paso: elegir bien en la verdulería

    Todo empieza antes de llegar a casa. Al momento de comprar perejil, es clave observar que el manojo tenga hojas de color verde intenso, sin manchas amarillentas ni tallos resecos. Aunque a veces los paquetes esconden las partes en mal estado, vale la pena revisar cuidadosamente para asegurarte de que estás llevando un perejil realmente fresco. Esta elección inicial puede marcar la diferencia en su durabilidad.

    ¿Lavar o no lavar? Esa es la cuestión

    Un error común es lavar el perejil apenas se llega del mercado. Sin embargo, no se recomienda lavarlo hasta el momento en que se vaya a usar. La humedad excesiva puede acelerar la aparición de hongos y provocar que se pudra antes de tiempo.

    Método 1: papel húmedo y bolsa plástica

    Una de las técnicas más efectivas y populares entre cocineros es envolver el perejil en papel absorbente ligeramente humedecido, idealmente con un vaporizador. Se coloca el manojo extendido sobre el papel, se enrolla con suavidad y se guarda dentro de una bolsa plástica con cierre tipo ziploc. Lo mejor es dejarla apenas abierta o perforarla con pequeños agujeros para permitir que el aire circule y evitar la condensación. Este método mantiene la humedad controlada, previniendo tanto el resecamiento como la formación de moho.

    Método 2: en recipiente hermético

    Otra opción práctica es usar un tupper o recipiente con tapa. Se cubre el fondo con una capa de papel de cocina húmedo, se colocan las hojas de perejil (sin apretarlas) y se cubren con otra hoja de papel, también húmeda. Luego se cierra el recipiente y se guarda en la heladera. Este sistema es ideal si querés tener el perejil listo para usar y sin que se mezcle con otros aromas.

    Método 3: como un ramo de flores

    También podés conservar el perejil como si fuera un ramo. Solo tenés que cortar ligeramente los tallos y colocarlos en un vaso o frasco con agua. Para evitar que las hojas se resequen por el aire frío de la heladera, cubrí el manojo con una bolsa plástica (puede ser del tipo que se usa para frutas). Esto crea un pequeño microclima que alarga su frescura.

    Una variante ingeniosa y muy efectiva de este método consiste en reutilizar una botella plástica: cortás la botella por la mitad, usás la base como florero y la parte superior —con cortes verticales a modo de flecos— se encaja encima como tapa. Así se crea un mini invernadero que se puede guardar en la puerta de la heladera.

    Mantenimiento: el secreto para que dure

    Más allá del método elegido, el mantenimiento regular es clave para prolongar la vida del perejil. Cada dos o tres días, abrí el envoltorio, revisá las hojas y retirá aquellas que estén marchitas o en mal estado. Esto evita que se descomponga el resto del manojo y asegura que siempre tengas perejil fresco al alcance de la mano.



  • La receta de la abuela para hacer una deliciosa carne a la cacerola

    La receta de la abuela para hacer una deliciosa carne a la cacerola

    La carne a la cacerola es uno de esas comidas que reconfortan el alma y llenan de aroma los hogares. Ideal para los días de frío o cuando se busca una comida sustanciosa y llena de sabor, esta receta combina ingredientes simples y técnicas que permiten obtener una carne tierna y jugosa, acompañada de verduras y un delicioso caldo.

    Ingredientes: 1 kg de carne de vaca (puede ser aguja, osobuco o jarrete), cortada en trozos, 2 cebollas medianas, picadas, 3 dientes de ajo, picados finamente, 2 zanahorias, en rodajas, 2 papas, en cubos, 1 pimiento rojo, en tiras (opcional), 2 tomates maduros, pelados y picados, 1 hoja de laurel, 1 ramita de tomillo o perejil, 2 cucharadas de aceite vegetal, sal y pimienta al gusto, 1 litro de caldo de carne o agua.

    Preparación:

    Sellar la carne: En una cacerola grande, calienta el aceite y dora los trozos de carne a fuego medio-alto hasta que estén bien dorados por todos lados. Esto ayuda a sellar los jugos y darle sabor.

    Sofreír las verduras: Añade la cebolla y el ajo, cocinando hasta que estén transparentes. Incorpora las zanahorias, los tomates y el pimiento, cocinando unos minutos más.

    Agregar líquidos y condimentos: Vierte el caldo de carne o agua, asegurándote de cubrir los ingredientes. Añade la hoja de laurel, el tomillo o perejil, salpimienta al gusto.

    Cocción lenta: Reduce el fuego a medio-bajo y tapa la cacerola. Cocina durante aproximadamente 1.5 a 2 horas, o hasta que la carne esté tierna y se deshaga fácilmente. Durante la cocción, puedes verificar y agregar más líquido si es necesario.

    Incorporar las papas: Añade las papas en los últimos 30 minutos de cocción para que no se deshagan y absorban los sabores del caldo.

    Servir: Una vez lista, retira la hoja de laurel y las ramas de hierbas. Sirve caliente, acompañada de arroz blanco o pan crujiente.

    Para intensificar el sabor, puedes agregar un chorrito de vino tinto durante el sofrito.



  • Huevos rellenos: el clásico irresistible que nunca falla

    Huevos rellenos: el clásico irresistible que nunca falla

    Los huevos rellenos son una de esas recetas tradicionales que trascienden generaciones. Son prácticos, sabrosos y versátiles, ideales tanto para una picada improvisada como para una entrada elegante en una comida especial. Su preparación es rápida y sencilla, con ingredientes básicos que probablemente ya tengas en tu cocina.

    A continuación, te compartimos una receta infalible para preparar huevos rellenos cremosos y bien condimentados, con ese toque casero que los hace únicos.

    Ingredientes

    • 6 huevos
    • 1/4 taza de mayonesa (puede ser casera o comercial)
    • 1 cucharada de mostaza (tipo Dijon o común, según tu preferencia)
    • 1 cucharadita de vinagre (de vino, manzana o el que tengas)
    • Sal y pimienta negra recién molida, a gusto
    • Perejil fresco picado para decorar (opcional)

    Paso a paso: cómo hacer huevos rellenos

    Cocinar los huevos. Colocá los huevos en una cacerola con agua fría y llevá a hervor. Una vez que el agua rompa hervor, cocinalos durante 10 minutos. Luego, retiralos y dejalos enfriar en agua fría para facilitar el pelado.

    Preparar el relleno. Pelá los huevos con cuidado y cortalos a lo largo. Extraé las yemas y colocalas en un bowl. Agregá la mayonesa, la mostaza, el vinagre, una pizca de sal y pimienta, y pisá todo con un tenedor o procesá con minipimer hasta lograr una pasta homogénea y suave.

    Rellenar los huevos. Con la ayuda de una cucharita o una manga pastelera, rellená las mitades de clara con la mezcla de yema. No escatimes: ¡cuanto más relleno, mejor!

    Presentar y enfriar. Disponé los huevos en una fuente, espolvoreá con perejil fresco picado y llevá a la heladera por al menos 30 minutos antes de servir. Esto realzará los sabores y les dará una textura aún más agradable.

    Sugerencias extra

    • Podés sumar un toque de pimentón dulce o ají molido por encima para dar color y sabor.
    • Si querés una versión más gourmet, agregales atún, aceitunas picadas, alcaparras o un toque de curry al relleno.
    • Para que los huevos no se “patinen” en la fuente, apoyalos sobre una base de hojas verdes o haceles un pequeño corte en la parte inferior de la clara para estabilizarlos.

    Estos huevos rellenos son la prueba de que lo simple también puede ser delicioso. ¡Animate a prepararlos y sorprendé a todos!