El consumo pierde impulso: caen el crédito y se estancan los salarios reales

El consumo pierde impulso: caen el crédito y se estancan los salarios reales

El repunte del consumo que comenzó a mediados de 2024 muestra signos de agotamiento. Dos de los factores que impulsaron la recuperación —el crédito al consumo y la recomposición salarial— comenzaron a perder dinamismo en las últimas semanas, y ponen en duda la solidez de la recuperación económica. Así lo señala un informe de la consultora MAP, que advierte sobre una caída en el financiamiento bancario a las familias y un estancamiento en la mejora de los salarios reales.

Pese a que los bienes durables continúan liderando la reactivación, con incrementos interanuales notables —como heladeras (+115%), lavarropas (+99,9%) y autos (+83,9%)—, el consumo masivo avanza con mayor lentitud. Según datos de Scentia, en mayo el consumo en supermercados creció 5,5% respecto al mismo mes del año anterior, pero con una caída del 2,2% frente a abril, lo que refleja una tendencia irregular. Además, la mejora acumulada del año apenas llega al 0,6%, tras un 2024 marcado por una fuerte contracción.

A esto se suma una creciente fragmentación del mercado. “Hoy ya no alcanza con la información promedio para entender lo que pasa en la economía, conviven dos realidades”, explicó Juan Pablo Ronderos, de MAP. Mientras que sectores de altos ingresos experimentan una recuperación acelerada, los hogares de menores recursos siguen ajustados por el peso creciente de los servicios públicos en su canasta de gastos. También hay una marcada disparidad regional: la Ciudad de Buenos Aires lidera el consumo en supermercados, pero muestra bajos niveles en venta de autos y combustibles; en cambio, provincias como Río Negro y Chubut muestran mejor desempeño gracias a la actividad petrolera.

El informe señala que el crédito al consumo, aunque aún en terreno positivo, comenzó a desacelerarse. En mayo, los préstamos personales y con tarjeta crecieron 4,9% mensual en términos reales, por debajo del 5,7% promedio de los primeros meses del año. Paralelamente, la morosidad crece: los impagos con tarjeta alcanzaron el 2,8% en marzo, y los préstamos personales mostraron un 4,1% de incumplimiento, el nivel más alto en nueve meses. También aumentaron los cheques rechazados y los defaults empresariales.

Finalmente, el salario vuelve a quedar rezagado frente a la inflación. Tras once meses de recomposición, en marzo los sueldos volvieron a perder frente al IPC. Según el economista Lorenzo Sigaut Gravina, la presión del Gobierno para contener los aumentos paritarios —que no superan el 1% mensual— pone un techo al ingreso disponible de los hogares. “El consumo no va a ser el motor del crecimiento en este ciclo”, sentencia Ronderos, quien anticipa que las empresas deberán adaptarse a una demanda más fragmentada y volátil.

EL SOL.-