Las fuerzas de seguridad arrestaron a 1.311 personas en Francia en la cuarta noche de disturbios por la muerte de un adolescente baleado el martes por la Policía, cuyo funeral se celebra hoy, informó hoy el Ministerio del Interior.
Esta cifra representa un alza con respecto a la noche del jueves, en la que fueron detenidas 875 personas, según el Ministerio.
El ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, informó que la violencia fue de “una intensidad mucho menor” que en las noches anteriores, pero su cartera registró el récord de detenidos desde el inicio de la revuelta en la noche del martes y 79 policías y gendarmes heridos.
Los incidentes comenzaron en el suburbio parisino de Nanterre a raíz de la muerte de Nahel, un joven de 17 años al que un policía le disparó a quemarropa durante un control de tránsito.
Las autoridades informaron que 1.350 vehículos fueron incendiados o dañados, 234 edificios quemados o deteriorados y se registraron 2.560 incendios en la vía pública.
La muerte de Nahel M., cuya familia es oriunda de Argelia, agitó el debate sobre la violencia policial en Francia, donde en 2022 murieron 13 personas en circunstancias similares y generó críticas a las fuerzas del orden, percibidas como racistas por una gran parte de la población.
La violencia que se propagó por todo el país a pesar del despliegue de 45.000 agentes y del uso de blindados para frenar las protestas.
No lograron detener los actos de vandalismo en ciudades como Marsella (sur) o Lyon y Grenoble, ambas en el centro-este, donde grupos de personas -en muchos casos, encapuchadas- saquearon comercios.
En París y en sus suburbios, a pesar de la lluvia, también se registraron disturbios el sábado de madrugada. En esa zona, se produjeron 406 detenciones, indicó una fuente policial a la agencia de noticias AFP.
Las autoridades impusieron toques de queda en al menos tres localidades de la región de la capital francesa y en varias otras del país.
Nahel será enterrado hoy en Nanterre, el suburbio a 15 kilómetros de París en el que vivía y en el que murió. Allí, los habitantes se preparaban hoy para las exequias del joven.
“El sábado 1 de julio será, para la familia de Nahel M., un día de recogimiento”, escribieron los abogados de la familia, instando a los medios de comunicación a no asistir a la ceremonia para “darle a las familias en duelo la intimidad y el respeto que necesitan”.
El Gobierno decidió suspender todos los grandes eventos y pidió que los tranvías y los autobuses dejaran de circular en todo el país a partir de las 21.
Entretanto, la ONU pidió a las autoridades francesas ocuparse seriamente de los “profundos” problemas de “racismo y discriminación racial” en sus fuerzas de seguridad, unas acusaciones que la Cancillería francesa calificó de “totalmente infundadas”.
Mounia, la madre de la víctima, dijo en la cadena France 5 que no culpa a la Policía, sino solo al agente que le quitó la vida a su hijo.
La justicia decretó prisión preventiva por homicidio voluntario para el agente de 38 años autor del disparo que, según su abogado, pidió “perdón a la familia” de Nahel.
En un intento de apaciguar la situación, la Selección francesa de fútbol, capitaneada por Kylian Mbappé, señaló en un comunicado que “el tiempo de la violencia debe parar” y dejar lugar a “maneras pacíficas y constructivas de expresarse”.
“Desde este trágico suceso, asistimos a la expresión de una cólera popular que comprendemos en el fondo, pero no podemos aceptar en la forma”, escribieron los futbolistas, según consignó el diario Le Monde.
Los disturbios despertaron preocupación en otros países, pues Francia albergará el Mundial de Rugby el próximo otoño boreal y los Juegos Olímpicos en el verano boreal de 2024.
Varios países europeos como el Reino Unido, Alemania y Noruega advirtieron a sus ciudadanos en Francia que eviten las zonas de disturbios y que extremen la precaución.
Esta cifra representa un alza con respecto a la noche del jueves, en la que fueron detenidas 875 personas, según el Ministerio.
El ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, informó que la violencia fue de “una intensidad mucho menor” que en las noches anteriores, pero su cartera registró el récord de detenidos desde el inicio de la revuelta en la noche del martes y 79 policías y gendarmes heridos.
Los incidentes comenzaron en el suburbio parisino de Nanterre a raíz de la muerte de Nahel, un joven de 17 años al que un policía le disparó a quemarropa durante un control de tránsito.
Las autoridades informaron que 1.350 vehículos fueron incendiados o dañados, 234 edificios quemados o deteriorados y se registraron 2.560 incendios en la vía pública.
La muerte de Nahel M., cuya familia es oriunda de Argelia, agitó el debate sobre la violencia policial en Francia, donde en 2022 murieron 13 personas en circunstancias similares y generó críticas a las fuerzas del orden, percibidas como racistas por una gran parte de la población.
La violencia que se propagó por todo el país a pesar del despliegue de 45.000 agentes y del uso de blindados para frenar las protestas.
No lograron detener los actos de vandalismo en ciudades como Marsella (sur) o Lyon y Grenoble, ambas en el centro-este, donde grupos de personas -en muchos casos, encapuchadas- saquearon comercios.
En París y en sus suburbios, a pesar de la lluvia, también se registraron disturbios el sábado de madrugada. En esa zona, se produjeron 406 detenciones, indicó una fuente policial a la agencia de noticias AFP.
Las autoridades impusieron toques de queda en al menos tres localidades de la región de la capital francesa y en varias otras del país.
Nahel será enterrado hoy en Nanterre, el suburbio a 15 kilómetros de París en el que vivía y en el que murió. Allí, los habitantes se preparaban hoy para las exequias del joven.
“El sábado 1 de julio será, para la familia de Nahel M., un día de recogimiento”, escribieron los abogados de la familia, instando a los medios de comunicación a no asistir a la ceremonia para “darle a las familias en duelo la intimidad y el respeto que necesitan”.
El Gobierno decidió suspender todos los grandes eventos y pidió que los tranvías y los autobuses dejaran de circular en todo el país a partir de las 21.
Entretanto, la ONU pidió a las autoridades francesas ocuparse seriamente de los “profundos” problemas de “racismo y discriminación racial” en sus fuerzas de seguridad, unas acusaciones que la Cancillería francesa calificó de “totalmente infundadas”.
Mounia, la madre de la víctima, dijo en la cadena France 5 que no culpa a la Policía, sino solo al agente que le quitó la vida a su hijo.
La justicia decretó prisión preventiva por homicidio voluntario para el agente de 38 años autor del disparo que, según su abogado, pidió “perdón a la familia” de Nahel.
En un intento de apaciguar la situación, la Selección francesa de fútbol, capitaneada por Kylian Mbappé, señaló en un comunicado que “el tiempo de la violencia debe parar” y dejar lugar a “maneras pacíficas y constructivas de expresarse”.
“Desde este trágico suceso, asistimos a la expresión de una cólera popular que comprendemos en el fondo, pero no podemos aceptar en la forma”, escribieron los futbolistas, según consignó el diario Le Monde.
Los disturbios despertaron preocupación en otros países, pues Francia albergará el Mundial de Rugby el próximo otoño boreal y los Juegos Olímpicos en el verano boreal de 2024.
Varios países europeos como el Reino Unido, Alemania y Noruega advirtieron a sus ciudadanos en Francia que eviten las zonas de disturbios y que extremen la precaución.
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