El Gobierno analiza solicitar a Estados Unidos una prórroga en el plazo para negociar la baja de aranceles, cuyo vencimiento está fijado para el 8 de julio.
Aunque la administración nacional está dispuesta a aceptar los pedidos realizados por la Oficina del Representante Comercial de EE.UU, reconoce que la implementación de las medidas no será inmediata.
Uno de los puntos clave que retrasan la firma del acuerdo comercial es el régimen de propiedad intelectual en Argentina. La administración de Donald Trump ha solicitado extender los plazos de restricción para evitar la copia y el uso de fórmulas farmacéuticas por parte de laboratorios locales.
En respuesta, el Gobierno argentino trabaja en una reforma legislativa que incluirá un decreto y un proyecto de ley, con el objetivo de adecuar la normativa a estándares internacionales y facilitar la adhesión al Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PTC) de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO).
Otro de los requerimientos de Washington apunta al control de mercados informales, como Once y La Salada, donde se reporta un comercio ilegal significativo. La Salada ya cerró sus puertas tras la detención de su organizador, Jorge Omar Castillo, por evasión, contrabando y lavado de dinero.
Mientras tanto, el Ejecutivo argentino ha enviado a Estados Unidos una comitiva encabezada por Pablo Lavigne, Carolina Cuenca y Luis Kreckler, para profundizar las conversaciones sobre la reducción recíproca de aranceles y avanzar en el Acuerdo Marco sobre Comercio e Inversiones (TIFA).
Por otra parte, la administración de Javier MileiEl Gobierno ha decidido no solicitar un pedido específico para reducir los aranceles al acero y al aluminio, que fueron recientemente duplicados por Trump. En cambio, buscará incluirlos dentro de las negociaciones más amplias por un acuerdo comercial integral. Por ahora, la administración descarta un viaje a Washington del ministro de Economía, Luis Caputo, para tratar estos temas.
Con la fecha límite acercándose, Argentina enfrenta desafíos clave en su relación comercial con Estados Unidos, en un escenario donde la negociación y la adaptación de normativas resultan esenciales para definir el futuro de los intercambios bilaterales.
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