En el marco de la cumbre de jefes de Estado del Mercosur que se desarrolla en Buenos Aires, el bloque sudamericano anunció este miércoles la finalización de las negociaciones para un Tratado de Libre Comercio con los países de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés), integrada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza.
El entendimiento representa un avance estratégico en la búsqueda de nuevos socios económicos fuera del eje Unión Europea–Estados Unidos y será presentado por el Gobierno argentino como uno de los principales logros diplomáticos del presidente Javier Milei.
El acuerdo, cuyas tratativas comenzaron en 2015 y tuvieron un primer principio de entendimiento en 2019, generará una zona de libre comercio que abarca a cerca de 300 millones de personas y un PBI combinado superior a los 4,3 billones de dólares.
El texto prevé beneficios arancelarios para más del 97% de las exportaciones entre los dos bloques. La firma definitiva del tratado dependerá ahora de la ratificación parlamentaria de cada país miembro, con el compromiso de avanzar hacia su formalización durante 2025.
Aunque de menor escala que el demorado acuerdo con la Unión Europea, la concreción de este pacto con EFTA cobra valor simbólico en la agenda externa del Gobierno argentino.
Con este paso, la administración Milei refuerza su postura a favor de una mayor flexibilidad dentro del Mercosur, que permita a los países firmar tratados comerciales por fuera del consenso regional, una idea que también impulsan Uruguay y Paraguay, pero que Brasil observa con mayor cautela.
Durante la jornada, el canciller argentino Gerardo Werthein encabezó encuentros con sus pares del bloque para avanzar en la declaración final que firmarán los presidentes el jueves.
Entre los puntos clave figura la intención de incorporar nuevos productos a los esquemas de excepción arancelaria, lo que abriría la puerta a futuras negociaciones con Estados Unidos. Además, Argentina busca incluir una mención expresa al acuerdo con la Unión Europea, actualmente estancado por las objeciones de países como Francia.
La cumbre, que marca el fin de la presidencia pro tempore de Milei en el bloque, concluirá el jueves con la sesión plenaria de los mandatarios y la tradicional foto de familia.
El presidente argentino hará el traspaso simbólico del liderazgo regional a su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en un contexto marcado por diferencias ideológicas pero también por la necesidad compartida de revitalizar la agenda comercial del Mercosur.
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