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  • Ensalada César: clásica, fresca y deliciosa

    Ensalada César: clásica, fresca y deliciosa

    La ensalada César es una de las más populares en todo el mundo. Con su mezcla de lechuga crujiente, crutones dorados, queso parmesano y una salsa irresistible, es ideal como entrada o plato principal. A continuación, te mostramos cómo hacer la auténtica ensalada César paso a paso.

     

    Ingredientes 

    Para 2 a 4 porciones:

    Para la ensalada:

    1 planta de lechuga romana (también podés usar lechuga criolla o mantecosa)

    1 pechuga de pollo (opcional, para versión completa)

    1 taza de crutones (pan tostado en cubos)

    50 g de queso parmesano en escamas o rallado grueso

    Sal y pimienta a gusto

    Aceite de oliva

    Para el aderezo César casero:

    1 huevo (fresco)

    2 filetes de anchoas

    1 diente de ajo pequeño

    1 cucharadita de mostaza de Dijon

    1 cucharada de jugo de limón

    2 cucharadas de queso parmesano rallado

    100 ml de aceite (ideal oliva suave o girasol)

    Opcional: unas gotas de salsa inglesa (Worcestershire)

     

    Paso a paso

    1. Preparar los crutones

    Cortá pan del día anterior en cubos.

    Saltealos en una sartén con un poco de aceite de oliva hasta que estén dorados y crocantes.

    También podés hornearlos 10 minutos a 180?°C con un toque de ajo en polvo.

    2. Cocinar el pollo (opcional)

    Salpimentá la pechuga de pollo y cocinala a la plancha con unas gotas de aceite.

    Una vez lista, dejá enfriar y cortá en tiras finas o cubos.

    3. Preparar el aderezo César

    En el vaso de la licuadora o procesadora, colocá el huevo, ajo, anchoas, mostaza, jugo de limón y queso parmesano.

    Comenzá a procesar y agregá el aceite en forma de hilo hasta emulsionar.

    Rectificá sal y agregá un poco de salsa inglesa si lo deseás.

    4. Armar la ensalada

    Lavá bien la lechuga y cortala en trozos grandes.

    Colocala en una ensaladera, añadí los crutones, el pollo (si lo usás) y el queso parmesano.

    Incorporá el aderezo César y mezclá justo antes de servir para que no se marchite la lechuga.

     

    Consejos 

    Frescura ante todo: usá lechuga bien crocante y lavada con agua fría.

    Crutones caseros: marcan la diferencia. Podés aromatizarlos con hierbas o ajo.

    Salsa equilibrada: el aderezo es el corazón de esta ensalada. No te excedas con las anchoas si preferís un sabor más suave.

    Versión rápida: si estás apurado, usá mayonesa como base para el aderezo, sumando el resto de los ingredientes.

     



  • Cómo la maicena puede transformar tus tortas, galletas y cremas

    Cómo la maicena puede transformar tus tortas, galletas y cremas

    En el mundo de la repostería, cada ingrediente cumple un rol crucial. Más allá del sabor, influye en la textura, la presentación e incluso en el valor nutricional del producto final. En este contexto, la maicena (también conocida como fécula de maíz) se ha convertido en un comodín para quienes buscan elevar sus preparaciones con un toque más delicado, liviano y saludable.

    Sustituir parcial o totalmente la harina de trigo por maicena no solo es posible, sino recomendable en muchas recetas. A continuación, exploramos sus ventajas más destacadas y cómo aprovecharla al máximo en tus creaciones dulces.

    1. Textura más liviana, aireada y delicada

    Una de las cualidades más apreciadas de la maicena es su capacidad para aligerar la miga de bizcochos, tortas y galletas. Al no contener gluten —la proteína responsable de dar estructura y elasticidad a las masas— permite obtener preparaciones con una textura más suave, esponjosa y liviana.

    Por eso, es especialmente útil en recetas donde se busca una miga tierna y sedosa, como en tortas chiffon, budines, galletitas de manteca o masas quebradas.

    2. Espesante ideal para cremas, salsas y rellenos

    La maicena es ampliamente utilizada como agente espesante gracias a su capacidad para formar mezclas uniformes, sin grumos ni sabor residual. Es la elección ideal para:

    • Natillas y flanes
    • Crema pastelera
    • Rellenos de tartas dulces
    • Salsas de frutas

    Al actuar rápidamente en contacto con el calor, logra texturas suaves y brillantes, muy valoradas en la repostería profesional.

    3. Apta para celíacos y dietas sin gluten

    Uno de los mayores beneficios de la maicena es que no contiene gluten, lo que la convierte en una alternativa segura para personas con celiaquía, sensibilidad al gluten o quienes siguen dietas libres de trigo.

    Al utilizarla sola o en combinación con otras harinas sin gluten (como de arroz, almendra o avena sin TACC), permite preparar una gran variedad de postres aptos para todos, sin resignar calidad ni sabor.

    4. Mayor crocancia en masas y galletas

    La maicena también mejora la textura en preparaciones que requieren un exterior crocante y un interior tierno. En recetas como:

    • Galletitas dulces o saladas
    • Tartas dulces (tipo crumble)
    • Masas para frituras o rebozados

    El agregado de maicena —o su uso en lugar de parte de la harina de trigo— ayuda a lograr una crocancia más marcada, sin volver las masas pesadas o secas.

    5. Menor aporte calórico

    En comparación con la harina de trigo, la maicena suele tener un menor contenido calórico y de grasas, lo que puede ser útil en recetas de repostería más livianas. Si bien su aporte nutricional es limitado, su inclusión en preparaciones cuidadas puede contribuir a reducir el total calórico del postre, sin comprometer sabor ni textura.

    6. Versátil dentro y fuera de la repostería

    Además de su uso en postres, la maicena es un ingrediente multiuso en la cocina. Puede emplearse para espesar:

    • Sopas y guisos
    • Salsas saladas (como bechamel o gravy)
    • Marinadas o mezclas para rebozar

    Esto la convierte en un aliado práctico para cocinar de forma eficiente y sin complicaciones.

    7. Prolonga la frescura de los productos horneados

    Gracias a su capacidad para absorber menos humedad, la maicena ayuda a mantener la frescura y textura de los productos horneados durante más tiempo. Galletas, tortas y masas que la incluyen tienden a conservarse blandas por dentro y crujientes por fuera sin endurecerse rápidamente.

    ¿Cómo usar maicena en tus recetas de repostería?

    La clave está en las proporciones. Algunas recomendaciones prácticas:

    • Sustitución parcial: reemplazá entre el 10% y el 30% de la harina de trigo por maicena para obtener una miga más fina y ligera.
    • Sustitución total: en recetas como galletitas de maicena, budines sin gluten o alfajores, se puede usar 100% maicena, ajustando otros ingredientes (como huevo o grasa) para mantener la cohesión.
    • En cremas y salsas: disolvela previamente en un líquido frío antes de calentar, para evitar grumos.

    Un pequeño cambio que marca una gran diferencia

    Incorporar maicena en tus recetas de repostería puede transformar la calidad de tus postres. Desde lograr una textura más delicada hasta ofrecer opciones sin gluten y más saludables, este ingrediente sencillo abre la puerta a una repostería más versátil y accesible.

    Animate a experimentar con la maicena en tu cocina y descubrí todo lo que este polvo blanco, tan humilde como poderoso, puede hacer por tus creaciones dulces.



  • La receta de la abuela para hacer una deliciosa carne a la cacerola

    La receta de la abuela para hacer una deliciosa carne a la cacerola

    La carne a la cacerola es uno de esas comidas que reconfortan el alma y llenan de aroma los hogares. Ideal para los días de frío o cuando se busca una comida sustanciosa y llena de sabor, esta receta combina ingredientes simples y técnicas que permiten obtener una carne tierna y jugosa, acompañada de verduras y un delicioso caldo.

    Ingredientes: 1 kg de carne de vaca (puede ser aguja, osobuco o jarrete), cortada en trozos, 2 cebollas medianas, picadas, 3 dientes de ajo, picados finamente, 2 zanahorias, en rodajas, 2 papas, en cubos, 1 pimiento rojo, en tiras (opcional), 2 tomates maduros, pelados y picados, 1 hoja de laurel, 1 ramita de tomillo o perejil, 2 cucharadas de aceite vegetal, sal y pimienta al gusto, 1 litro de caldo de carne o agua.

    Preparación:

    Sellar la carne: En una cacerola grande, calienta el aceite y dora los trozos de carne a fuego medio-alto hasta que estén bien dorados por todos lados. Esto ayuda a sellar los jugos y darle sabor.

    Sofreír las verduras: Añade la cebolla y el ajo, cocinando hasta que estén transparentes. Incorpora las zanahorias, los tomates y el pimiento, cocinando unos minutos más.

    Agregar líquidos y condimentos: Vierte el caldo de carne o agua, asegurándote de cubrir los ingredientes. Añade la hoja de laurel, el tomillo o perejil, salpimienta al gusto.

    Cocción lenta: Reduce el fuego a medio-bajo y tapa la cacerola. Cocina durante aproximadamente 1.5 a 2 horas, o hasta que la carne esté tierna y se deshaga fácilmente. Durante la cocción, puedes verificar y agregar más líquido si es necesario.

    Incorporar las papas: Añade las papas en los últimos 30 minutos de cocción para que no se deshagan y absorban los sabores del caldo.

    Servir: Una vez lista, retira la hoja de laurel y las ramas de hierbas. Sirve caliente, acompañada de arroz blanco o pan crujiente.

    Para intensificar el sabor, puedes agregar un chorrito de vino tinto durante el sofrito.



  • Huevos rellenos: el clásico irresistible que nunca falla

    Huevos rellenos: el clásico irresistible que nunca falla

    Los huevos rellenos son una de esas recetas tradicionales que trascienden generaciones. Son prácticos, sabrosos y versátiles, ideales tanto para una picada improvisada como para una entrada elegante en una comida especial. Su preparación es rápida y sencilla, con ingredientes básicos que probablemente ya tengas en tu cocina.

    A continuación, te compartimos una receta infalible para preparar huevos rellenos cremosos y bien condimentados, con ese toque casero que los hace únicos.

    Ingredientes

    • 6 huevos
    • 1/4 taza de mayonesa (puede ser casera o comercial)
    • 1 cucharada de mostaza (tipo Dijon o común, según tu preferencia)
    • 1 cucharadita de vinagre (de vino, manzana o el que tengas)
    • Sal y pimienta negra recién molida, a gusto
    • Perejil fresco picado para decorar (opcional)

    Paso a paso: cómo hacer huevos rellenos

    Cocinar los huevos. Colocá los huevos en una cacerola con agua fría y llevá a hervor. Una vez que el agua rompa hervor, cocinalos durante 10 minutos. Luego, retiralos y dejalos enfriar en agua fría para facilitar el pelado.

    Preparar el relleno. Pelá los huevos con cuidado y cortalos a lo largo. Extraé las yemas y colocalas en un bowl. Agregá la mayonesa, la mostaza, el vinagre, una pizca de sal y pimienta, y pisá todo con un tenedor o procesá con minipimer hasta lograr una pasta homogénea y suave.

    Rellenar los huevos. Con la ayuda de una cucharita o una manga pastelera, rellená las mitades de clara con la mezcla de yema. No escatimes: ¡cuanto más relleno, mejor!

    Presentar y enfriar. Disponé los huevos en una fuente, espolvoreá con perejil fresco picado y llevá a la heladera por al menos 30 minutos antes de servir. Esto realzará los sabores y les dará una textura aún más agradable.

    Sugerencias extra

    • Podés sumar un toque de pimentón dulce o ají molido por encima para dar color y sabor.
    • Si querés una versión más gourmet, agregales atún, aceitunas picadas, alcaparras o un toque de curry al relleno.
    • Para que los huevos no se “patinen” en la fuente, apoyalos sobre una base de hojas verdes o haceles un pequeño corte en la parte inferior de la clara para estabilizarlos.

    Estos huevos rellenos son la prueba de que lo simple también puede ser delicioso. ¡Animate a prepararlos y sorprendé a todos!